Justo después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos enfrentó la peor escasez de viviendas de su historia, ya que millones de soldados regresaron a la vida civil. El presidente Truman nombró un expedidor de vivienda nacional para resolver la crisis. El plan del gobierno era fomentar una nueva industria: viviendas prefabricadas o manufacturadas (construidas en fábrica). Un célebre ingeniero e inventor llamado Carl Strandlund vino a Washington con una propuesta audaz: construiría casas con el mismo tipo de paneles de acero esmaltado en porcelana que usó para construir gasolineras y restaurantes White Castle. Su casa estilo rancho de Lustron era a prueba de podredumbre, a prueba de alimañas, nunca necesitó pintura, tenía aproximadamente 1000 pies cuadrados de espacio, costaba mucho menos de 10,000 dólares y podía construirse en el lugar en menos de una semana. La Corporación Financiera de Reconstrucción federal prestó a Strandlund millones de dólares para convertir una antigua fábrica de aviones en Columbus, Ohio, en producción de Lustron. Pero maquinaciones políticas, dificultades financieras, gobierno ...