Martha es una mujer de negocios y madre divorciada de dos hijos: Augusta y Jack. Sin embargo, cuando la dócil Augusta se convierte en una adolescente, los sentimientos de ira y odio hacia sí misma hacen que su personalidad experimente una transformación aterradora, y Martha se da cuenta de que esto no es solo la angustia adolescente típica. Augusta empieza a consumir drogas, a beber y acaba en la calle. Su madre y su padre preocupados se comunican con un asesor educativo, quien les aconseja que envíen a Augusta a un estricto campamento salvaje para adolescentes con problemas. Sin embargo, incluso los administradores duros y experimentados de la institución encuentran en Augusta una dificultad para mantener bajo control. Martha se da cuenta de que no hay respuesta al comportamiento de su hija.