En 1984, Jørgen Leth, el director de fotografía Dan Holmberg y el grabador de sonido Niels Torp viajaron unos 6.000 kilómetros en tren por China. El resultado es un relato de viaje muy tranquilo, bellamente percibido, impulsado por una curiosidad sin prejuicios y una capacidad de observación. Un barco fluvial en un paisaje de montañas azucaradas en el sur de China y las numerosas tomas del viaje en tren son los motivos visuales de la película, en la que nos encontramos con un acróbata, un pintor en tintas, algunos estudiantes de ópera del conservatorio de Beijing y un grupo de ciclistas de carreras femeninas. La cámara se enamora de los exquisitos movimientos de tai chi y de la destreza del personal de la cocina del tren, y la banda sonora da una sensación vívida de la ruidosa vida a bordo, con música a todo volumen de los parlantes chirriantes. El hecho de que la película deba verse como una colección de notas sobre la película, es decir, una especie de diario de viaje, se enfatiza con el título y con las únicas palabras de Leth en la banda sonora: "Tomo notas porque quiero recordar lo que he visto . I ...