En una mañana gris y neblinosa, aparece en Varsovia una figura misteriosa: un hombre que lleva consigo una camilla de masajes. El extraño utiliza técnicas mágicas de hipnosis para obtener un permiso de residencia y ofrece sus servicios como masajista en un asentamiento suburbano.
La sombría comunidad cerrada, construida en medio de un antiguo campo de carbón, está aislada del "malvado" mundo exterior. En algún lugar a lo lejos se alzan los rascacielos y grúas de construcción de una ciudad que quiere convertirse en un centro internacional, el constante intento de alcanzar al Este.
En las casas del vecindario, todas iguales, viven los representantes más diversos de la rica clase alta. Parecen atrapados en una tristeza interna, un anhelo, quizás por el invierno que ya no existe en estas latitudes. A diferencia de ellos en el pasado, sus hijos ya no construyen muñecos de nieve. ¿Pero tal vez su vacío es más profundo?
Entonces entra en sus vidas el masajista, un atractivo hombre del auténtico Este. Él tiene un don: sus manos pueden sanar, sus ojos miran en el alma de las mujeres solitarias. Para ellas, su acento ruso suena como una canción de los viejos tiempos, una melodía pacífica de la infancia, cuando todo estaba bien en el mundo. Zhenia, como lo llaman, cambia sus vidas.