En su premiado primer largometraje, el director Ahmet Ulucay retrata la inocencia de la infancia y el atractivo del cine para dos adolescentes en un pequeño pueblo turco. Trabajando para un vendedor de sandías durante el día, Remet pasa las tardes tratando de reconstruir un proyector de películas con su amigo Mehmet. Ambos tienen grandes sueños de ser algún día directores de cine famosos.