El grupo de niños de la calle conocidos como los Irregulares apareció por primera vez en la novela de Sherlock Holmes Un estudio en escarlata en 1887. Esta vez, los Irregulares se encuentran teniendo que resolver la misteriosa desaparición de dos de su propia pandilla, mientras que el propio Holmes es acusado de asesinato y puesto bajo arresto domiciliario. Solo mediante la combinación de todas sus habilidades pueden esperar liberar a Holmes y a las víctimas del secuestro, resolver los asesinatos y prevenir un audaz atraco.