El viudo Christopher 'Christy' Byrne hace que su hijo preadolescente Danny y su hija Bridget ayuden en la granja del árbol genealógico, máxima prioridad. Lo más destacado de su año es vender sus árboles de Navidad en Nueva York. Cuando Danny tiene dieciséis años, huye allí para perseguir su propio sueño, la fotografía. Catherine O'Mara, empleada del museo, lo ayuda de manera segura con las tareas y las instalaciones de estudio. Christy y el amable policía Rip siguen buscando a Danny. Pero cuando finalmente se establece el contacto, Christy aún no ha aprendido la lección y Danny paga otro precio cruel.