Los Alpes franceses, febrero de 2011. A Vanina le gusta escuchar el crujido del suelo de madera del chalet bajo sus pies descalzos, a Vanina le gusta frotarse la piel desnuda frente a la chimenea de piedra, a Vanina le gusta el pelaje leonado de su conejo Souci, a Vanina le gusta Respire el aroma de cuero del sofá blanco, a Vanina le gusta pasar horas contemplando los ojos color carbón de las mujeres con velo en su colección de postales. A Vanina le gusta charlar con Eloise en Internet. Pero lo que ama a Vanina es a su niñera estadounidense, Mary Jane ...