Esta película ilustra la vida del director de cine, Shui-Bo Wang en la República Popular China. Aprendemos de la vida del director en sus propias palabras e imágenes desde un niño impregnado de los valores del comunismo chino ejemplificado por el presidente Mao, hasta un joven que lucha por vivir de acuerdo con esos ideales tanto como artista como como soldado. También nos enteramos de su desilusión con la sociedad china y esos mismos ideales, que culminó con el horror de la masacre de la plaza Tiananmen de 1989.