Año 2002. El mundo de la gimnasia de Japón fue una vez fuerte. El exrepresentante japonés Shoutarou Aragaki (29), que dedicó su tiempo a la gimnasia, no pudo desempeñarse como se esperaba. Aun así, después de entrenar a diario, su entrenador Amakusa recomienda que Shoutarou se retire. Sin embargo, el destino de la familia Aragaki cambiará significativamente debido a cierto "encuentro".