Ernest Chin, de trece años, vive y trabaja en un sórdido motel de tarifa por hora en una franja de desolada carretera suburbana. Ernest, incomprendido por su familia y encaminándose a ciegas hacia la pubertad, se hace amigo de Sam Kim, un coreano autodestructivo pero carismático que se ha registrado. Sam le enseña al niño huérfano todos los ritos de la virilidad.