Esta película, filmada por 100 operadores de cámara aficionados, cuenta la historia de las enormes protestas callejeras en Seattle, Washington, en noviembre de 1999, contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio que se celebra allí. Prometiendo oponerse, entre otras fallas, al poder de la OMC para anular arbitralmente las políticas ambientales, sociales y laborales de las naciones en favor de la codicia corporativa desenfrenada, manifestantes de todas partes salieron enérgicamente para dar a conocer sus puntos de vista y detener la cumbre. Contra ellos hay una fuerza policial brutal y unos medios de comunicación hostiles, así como la mancha de una minoría de camaradas excesivamente celosos y destructivos. Contra todo pronóstico, los manifestantes se enfrentaron valientemente a una feroz oposición para recuperar el poder democrático legítimo que la élite política y corporativa del mundo está decidida a negar a la gente pequeña.