Carrie Watts vive a regañadientes con su hijo ocupado y sobreprotector, Ludie, y su pretenciosa nuera, Jessie Mae. Ya no puede conducir y tiene prohibido viajar sola, desea liberarse de los confines de la casa y le ruega a su hijo que la lleve de visita a su ciudad natal de Bountiful. Cuando él se niega, la Sra. Watts no se inmuta y se escapa a la estación de autobuses local, donde se hace amiga de Thelma, una joven que viaja a casa. Cuando Ludie y Jessie Mae descubren que ella se ha ido, llaman a la policía para ayudar, pero la Sra. Watts está un paso por delante de ellos y convence al sheriff local para que la ayude en su viaje a casa en Bountiful.