El príncipe Otto no tiene amigos, por lo que decide obligar a los niños de Oz a participar en un juego de computadora de realidad virtual que se les presenta en el baby shower de Scraps. Desafortunadamente, el bebé de retazos entra en el juego y desborda el número de jugadores, atrapándolos en un programa en deterioro del que tienen pocas posibilidades de escapar. Otto no tenía ningún deseo de hacerles daño y debía intentar sacarlos.