La familia Cates está encantada de saber que han heredado la antigua mansión del trastornado actor de teatro Tyler Walker. Llegan para descubrir que la mansión se ha convertido en un patio de recreo para una pandilla callejera local. Pero la pandilla no es lo único de lo que los niños de Cates tienen que preocuparse, ya que el fantasma de Tyler hace saber que no está satisfecho con su intrusión.