En un circo empobrecido en la Ciudad de México, Alma, de 13 años, escupe fuego todas las noches, balanceándose desde un trapecio. Lleva al hijo de su padre, Renato, un payaso anciano y enfermo del que estaba enamorada. Renato muere y Alma es expulsada del circo porque, a pesar de las amenazas y maldiciones, se niega a perder a su hijo. Vive en la calle y se encuentra con un grupo de titiriteros itinerantes que partiendo de Refugio, su guía, predicaban la palabra de Dios. Reconoce en ellos una promesa: vislumbra una esperanza y confía a Dios el futuro de su hijo; es sometida a una ceremonia de purificación en la que solo a través de la privación y el dolor podría lograr la redención y su lugar en el Libro del Perdón. Pero el Dios de venganza y sacrificio no escucha su llamado. Alma está despojada de su fe, de su inocencia.