Dos hombres ricos responden a Jesús de formas muy diferentes. Uno, que es básicamente bueno, no puede aceptar la directiva de Jesús de que entregue los tesoros de este mundo por los mayores tesoros del Cielo. El otro, un publicano pecador, lucha por asimilar su fe emergente en Jesús, y finalmente acepta con su prójimo y logra la salvación eterna. Zaqueo es el publicano principal de Jericó y obtiene una gran riqueza engañando a otros. Su hijo pequeño ha oído hablar de Jesús y quiere ir a verlo. Pero Zaqueo no renunciará a la oportunidad de ganar dinero solo para escuchar a un simple "rabino". En el campo, un joven rico encuentra a Jesús predicando. Cuando le pregunta a Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna, Jesús le dice que obedezca los mandamientos, que venda todo lo que tiene y se lo dé a los pobres. El rico, incapaz de desprenderse de su oro, se vuelve. "Qué difícil es para un rico entrar en el Reino de Dios", observa Jesús. "Es más fácil que un camello pase por el ojo ...