Desde la muerte de su esposa, Arthur, un cirujano peculiar y severo, enclaustra a su hija adolescente Lucille dentro de una extraña mansión. Desesperada, Lucille intenta suicidarse y termina con la cara completamente quemada y vendada. Arthur, con la ayuda de su tía, prepara un extraño injerto de piel para devolverle a Lucille un rostro, un rostro que se parece a su amada y fallecida esposa. Para cuidarla, el padre contrata a Joan, una atractiva enfermera con un pasado sombrío. Lucille y Joan inician una apasionada y prohibida historia de amor.