Roberta llega a Venecia para ocupar un puesto de profesora de música. Mientras sale de compras, conoce a Lorenzo, que es un artista con un enfoque muy práctico de su tema. Él se mete en su vida y pronto la lleva a los lados más sórdidos de Venecia y a su propia existencia mujeriego. Él la anima a probar diferentes cosas, como una orgía en un club nocturno y a disfrazarse de gay para incitar a un par de gondoleros a pelear. Ella lo ve en el trabajo y se da cuenta de lo que está sucediendo, pero es ella quien debe elegir si seguir la corriente o separarse.