Los antropólogos se encuentran con varios grupos de personas "aisladas" en las selvas de América del Sur, en una región preservada en los límites de Brasil y Perú. Comunicándose con paciencia lo mejor que pueden, con la ayuda de traductores que hablan un dialecto no muy diferente, aprenden sobre las experiencias de estas personas con los barones del caucho y la invasión años antes. Empiezan a ayudarlos a integrarse en la vida moderna.