Ken, de 23 años, está devastado por la muerte de su padre. Decide suicidarse saltando al río casi helado, pero de alguna manera sobrevivió milagrosamente. Su madre piensa que la única forma de ayudar a su hijo deprimido es enviándolo a su tío Takuma en Japón. Takuma no se parece en nada a su tranquilo padre. Es impredecible. Además, su idea de los valores morales es muy poco convencional, insistiendo en que su sobrino se ocupe de beber sake, de tener relaciones sexuales después del impacto de perder a su padre. De alguna manera, todos estos extraños métodos logran reavivar el deseo en Ken de volver a vivir.