1915. La vida en la granja Paridier ha cambiado drásticamente desde que los hombres de la familia (Constant, Georges y Clovis) se fueron de casa para ir a luchar en el frente. Hortense Sandrail, la madre de Henri y Constant y la suegra de Clovis, se ha hecho cargo con valentía pero, aunque ayudada por su hija Solange, le resulta difícil arreglárselas con toda la carga de trabajo. Cuando llega la época de la cosecha, decide contratar a un peón, pero es demasiado tarde y no hay ningún hombre disponible. Luego, el alcalde le recomienda una huérfana llamada Francine Riant, que podría hacerlo. Hortense está de acuerdo y la elección pronto parece una bendición, ya que la niña resulta perfecta: educada y respetuosa, también es una gran trabajadora que no se resiste a ninguna tarea. Hortense, Solange y ella forman un trío efectivo, que aprovechan al máximo la situación. Un día, Georges regresa a la granja de permiso y se enamora de Francine.