Julian ha vivido con el dinero que obtiene de sus ricas clientas. Pero ahora enfrenta deudas usureras por una expansión apresurada de su negocio, y lo matarán a menos que salde la deuda en un mes. La única forma de salvarse es fingir ser el hermano perdido de una heredera y matarla para obtener su enorme fortuna. Ryoo Min (Moon Geun-Young), la heredera ciega, de corazón frío como Julian, se abre lentamente a él, y él también se enamora de ella. Pero Julian tiene que pagarle a su acreedor y lo que lo empeora es que la enfermedad que se llevó la vista de Ryoo Min recayó, amenazando su vida.