A fines del siglo XVI, un anciano maestro del té enseña el camino del té a un obstinado Shogun. Mediante la fuerza de voluntad y la lucha valiente, Hideyoshi se convierte en el señor de la guerra más poderoso de Japón, unificando el país. Rikyu, a través de la ceremonia del té y los arreglos florales, templa a su señor, ayudando a Hideyoshi a concentrarse en una sola flor o estar en una habitación sencilla donde la forma de una taza es lo más importante. Pero otras fuerzas alimentan las ambiciones de Hideyoshi: los portugueses traen un globo y armas, y él cree que puede conquistar Corea y China. Cuando Rikyu plantea dudas sobre la invasión de China, Hideyoshi exige una disculpa, y el propio Rikyu debe encontrar coraje en el camino del té.