Una tarde de diciembre, un grupo de artistas entró en un hogar de ancianos local y sacó los nombres de sus residentes con un sombrero. Luego se emparejaron y los artistas pintaron los retratos del residente que habían elegido. Durante el cual, el cineasta Jeffrey Vincent Parise dio una vuelta y les hizo preguntas a los residentes sobre la vida, el amor y el arte. Tres semanas después, hubo una muestra de arte grupal en la casa, mostrando todos los retratos terminados. Se invitó a familiares y amigos y la convirtieron en una velada extraordinaria. En este documental conmovedor y muchas veces hilarante vemos un puente generacional cruzado por dos grupos inverosímiles. Tanto los residentes como los artistas tienen una experiencia que fue quizás más de lo que esperaban.