La Guerra Fría y los Derechos Civiles chocan en esta notable historia de música, diplomacia y raza. A partir de 1955, cuando Estados Unidos pidió a sus mejores artistas de jazz que viajaran por el mundo como embajadores culturales, Louis Armstrong, Dizzy Gillespie, Duke Ellington y sus miembros de bandas mixtas se enfrentaron a un doloroso dilema: ¿cómo podían representar a un país que todavía practicaba Jim ¿Segregación de cuervos?