La misma mañana que un canalla le arroja café en una parada de autobús. Ashley se encuentra con Michael, un hombre al que reconoce como un habitual en la tienda de sándwiches donde trabaja. Él se ofrece a ayudarla, secarla, animarla y, después de vacilar, ella acepta unirse a él para tomar una taza de té. Él se ofrece a llevarla a almorzar, le pide consejo sobre un regalo para su hermana y así sucesivamente durante el día, encontrando formas de tratarla como realeza. A media tarde le confiesa que alguien quiere que ella tenga el mejor día posible. ¿Quién es y por qué? Y, cuando él se lo diga, ¿cómo responderá ella?