Montreal, junio de 1995. Miron es un adolescente delincuente de 17 años que pasa su tiempo patinando y consumiendo drogas con sus amigos. Desanimados, sus padres decidieron irse al campo todo el verano para que su hijo pudiera ponerse al día con los estudios y así terminar el bachillerato. Lejos de todo, Miron está aburrido. Hasta el día en que conoce a Florence, una vecina de 73 años que celebra el primer aniversario de la muerte de su marido. Juntos pueden confiar, filosofar sobre la vida y divertirse. Hasta el día en que se desarrolla un idilio, que rápidamente molesta a quienes los rodean.