David Manning se prepara brillantemente para suceder a su padre magnate Ellis como CEO de una firma de inversiones. Al encontrarse con la conocida de la infancia Callie Shaw, una aspirante a chef recientemente empleada como lavaplatos en el club campestre gracias a su padre experto en decoración Frank, él queda encantado y busca citas.
Al enterarse de la competencia anual de esculturas de hielo del club y sabiendo que ella es experta en ello, la inscribe, lo cual ella teme que la haga parecer desleal a su temida jefa chef Gloria, ganadora tres veces, quien se niega a dejarla retirarse "como si estuviera bajo presión". David descuida hacer su parte en una cuenta importante para entrenar como compañero de Callie en la competencia.
Invitado a una cena en casa, David incluso entabla amistad con el viudo Frank y se ofrece como voluntario para hacer realidad el sueño benéfico de la difunta esposa de Frank. El subalterno celoso de Gloria no se detiene ante nada para sabotear a Callie, cuya ética laboral impresiona a la chef.