La Luna de Avellanedas es un club social de un barrio de clase media. En un abarrotado baile, una mujer se pone de parto. Da a luz allí mismo, y nace Román. Debido a ello, Román Maldonado (Ricardo Darín) tendrá el carnet de socio del club gratis de por vida.
Treinta y tantos años depués, el club está a punto de cerrar debido a las ingentes deudas. Román será quien tenga que tomar la decisión final, y una prueba de su desinterés es que ha perdido el carnet del, y no se molestas en buscarlo. Aunque con apenas medios económicos, la función final sigue su curso, a trancas y barrancas.
Además, uno de los hijos de Román, que acaba de ser despedido de bastante malas maneras de un trabajo cutre, ha juntado el dinero para poder viajar a España, y buscar trabajo allí. Aunque al principio a Román le parece mal, al final aprueba la decisión e incluso quiere irse con él.
Continuamente se hacen referencias a la situación económica del país, y al cambio en el poder adquisitivo de los habitantes del barrio, que ahora son clase baja, en lugar de clase media. También hay problemas con la manera en que se administra el club: muchos socios no pagan, y el dinero se gasta sin control, etc.
El hermano de Román -que sí tiene dinero, y se dedica a conchavarse con políticos y empresarios para hacer chanchullos- planea derruir el local para dar un gran pelotazo urbanístico. La cosa ya no tiene remedio: hay que cerrar el club debido a sus múltiples deudas.
Justo cuando Román va a hacer el viaje a España, encuentra el famoso carnet vitalicio en un garaje donde guarda todo tipo de trastos. Lo mira con nostalgia, y en ese momento decide que se quedará en Argentina, y que abrirá justo enfrente un nuevo club La Luna de Avellaneda, más moderno y mejor organizado.