Es 1889 y los ciudadanos de Johnstown, Pensilvania y otras ciudades en el valle del río Conemaugh son diezmados cuando explota la presa río arriba en el Club de Caza y Pesca de South Fork. Los relatos de los sobrevivientes muestran el terror físico y emocional de la experiencia de la inundación, ya que uno de cada diez residentes muere ahogado, aplastado, empalado o quemado. La cifra oficial de muertos es de 2209. Las estimaciones en los periódicos llegan a 15.000. Algunos culpan a los millonarios del acero y a los banqueros adinerados que poseen el Club de Caza y Pesca de South Fork.