El rey de la pequeña Bratenberg espera en vano que su heredero perezoso e ingobernable Horace se comporte por el bien de su azotador, el plebeyo abandonado Jemmy, a quien había arrestado absurdamente como más tarde su hermana pequeña Annyrose, que aterriza en la cárcel. Por desgracia, Horace solo lamenta a Jemmy, quien valientemente no hace una mueca de dolor o se queja cuando es azotado por las faltas del príncipe. Después de que la payasada de Horace sabotea las negociaciones fronterizas vitales con el embajador del rey Felipe relacionado, huye del palacio con Jemmy. Son secuestrados, y Horace aprende a apreciar a su inteligente 'inferior' mientras crece un poco. El rey se da cuenta de que descuidar emocionalmente a Horacio es la raíz de sus bromas para llamar la atención.