En este contundente estudio de la pasión religiosa, se sitúa una extraordinaria experiencia espiritual en el centro de un mundo natural hábilmente evocado, a saber, las zonas rurales del norte del estado de Nueva York justo después del cambio de siglo. Al final del verano, cuando tiene diecisiete años, Mariette Baptiste (Geraldine O'Rawe), hija educada del médico local, ingresa como postulante en el convento de clausura de Nuestra Señora de las Aflicciones. Su fervor religioso, discreto pero decidido, impacta en la pequeña comunidad de monjas cuyos días y noches se miden en una ronda de oración y trabajo agrícola que cambia solo con las estaciones. Sin embargo, su vida ordenada se ve interrumpida cuando Mariette comienza a caer en una serie de trances de los que despierta con estigmas, que se curan tan espontáneamente como aparecen. Los sentimientos de escepticismo, celos y adoración evocados en las monjas, la respuesta de la propia Mariette y la de la Madre Superiora, se presentan de manera delicada e indeleble.