Una mujer aparece de repente en la casa de Jae-sus. Nada en sus manos, ningún lugar adonde ir, los ojos vacíos de la mujer se encuentran con los ojos redondos del niño de once años. Considera a la mujer como otra persona que se va y no hace ningún esfuerzo por conocerla. En cada oportunidad que encuentra, el niño regaña a la mujer, diciendo que come demasiado, duerme como un cerdo y gasta todos los servicios. Los dos están codo con codo con quejas hasta que ella se entera de la triste historia del chico y él descubre su diabetes. El niño ya ha tenido 10 madrastras en el pasado. De la nada, el padre del niño aparece y comienza a golpear al niño. Ella trata de detenerlo y se encuentran en un terreno común. Una relación cálida entre los dos comienza a construirse lentamente, sin darse cuenta de la eventual separación que está a la vuelta de la esquina.