El Dr. Stern, psicólogo clínico, lleva una vida bien ordenada, autónoma, ordenada, precisa y programada. Observamos sus citas con ocho pacientes, mientras hace preguntas, escucha y les informa que todo mejorará a su debido tiempo. Luego, recibe una llamada de un oncólogo que le da muy malas noticias. De repente, "a su debido tiempo" se convierte en "ahora mismo": los métodos de terapia de Stern cambian, al igual que la suerte de sus pacientes.