Toda la causa del problema surge del uso de un suplente para traducir. Su dominio del español es inadecuado y traduce mal lo que un testigo le dice al alguacil sobre si el verdadero autor del crimen está montando una yegua (yegua) o un caballo macho (caballo). Este error resulta en la destrucción de una familia y la muerte de un hombre inocente.