Budori Gusukô vive feliz con su hermana pequeña, su padre y su madre. Cuando el frío golpea el bosque de Ihatov, son invadidos y, con su familia asesinada, se queda solo. Empieza a trabajar en un laboratorio geológico e intenta seguir adelante, pero, con otra racha de frío, sabe que tiene que asegurarse de que no se repita lo que pasó antes.