Samuel Pepys era un oficial del Almirantazgo de alto rango y brillante, pero en privado era un tramposo, un mujeriego y un adúltero. En 1679 Pepys fue juzgado por malversación de fondos de la Marina. Sus diarios pueden limpiarlo, pero también lo expondrán por lo que es, destruyéndolo como figura pública en la sociedad. ¿Se exculpará Pepys pero se condenará a sí mismo revelando el contenido de sus diarios o se ahorcará?