Abatido por su ruptura con Desiree, Zia se corta las muñecas y se dirige a una otra vida poblada por suicidios, un paisaje desértico salpicado de neumáticos viejos, autos quemados y sofás abandonados. Consigue un trabajo en una pizzería. Por casualidad, Zia se entera de que Desiree se suicidó unos meses después de que él lo hizo, y lo está buscando. Se pone en camino con Eugene (un rockero ruso electrocutado) para encontrarla, y recogen a un autoestopista, Mikal, que está buscando a la gente a cargo, creyendo que ella está allí por error. Pronto estarán en el campamento de Kneller, donde proliferan los milagros casuales. Escuchan rumores de un rey milagroso. ¿Podrá Zia encontrar a Desiree? ¿Y que? Donde hay muerte hay esperanza.