La arrogante y malcriada princesa Isabel de Gerania rechaza con arrogancia a todos los pretendientes, incluso al príncipe Ricardo de Begonia, a quien le agradaba en una reunión anónima anterior. Finalmente, su exasperado padre real le da la mano al mendigo que llega primero. Richard se disfraza como tal en secreto, ayudado solo por su hermana Maximiliane, con la esperanza de llevar a cabo una operación para domesticar a la arpía haciéndola ganarse la vida, pero gradualmente se desespera a medida que su orgullo persiste.