En 1999, en Belgrado, el productor Sergei y su equipo de filmación se encuentran en una situación desastrosa: la película que están haciendo está en peligro; no hay dinero, el equipo está insatisfecho y los bombardeos de la OTAN están a la vuelta de la esquina.
Luego, Mileta, un miembro del Servicio de Seguridad del Estado, busca al coproductor estadounidense Harvey. Ansioso y preocupado en medio de los bombardeos que han comenzado, Sergei esconde a Harvey de lo que cree que le espera: el arresto.
Durante la noche, se le ocurre un plan. Anuncia el inicio del rodaje de una nueva película patriótica, en la que el papel principal será interpretado por Harvey. El plan funciona: el Estado apoya la película y Mileta, como representante del Estado, se une al equipo.
Sin embargo, el conflicto subyacente entre Mileta y Sergei estalla durante la primera proyección. Mileta los acusa de ser artistas y no patriotas. Sergei comienza a darse cuenta de que no solo ha puesto en peligro la película, sino también las vidas de todo el equipo.
Una muerte trágica provoca una verdadera revuelta entre el equipo y algunos se niegan a seguir filmando. Amargado por su postura "antipatriótica", Mileta arresta a los protagonistas y los obliga a continuar. Sergei, cuya esposa e hijo ahora se han ido, y a quien el resto del equipo acusa de colaborar con Mileta, idean otro plan.