En la década de 1970, Li Ah Chai era un poderoso jefe criminal de Hong Kong cuyos lugartenientes eran dos hermanos huérfanos, Tang Kat Yung y Lam Ting Kwok. Cuando nombra a Kwok como su heredero, el cruel y sádico Yung se pone celoso. El resultado: durante la década de 1980, Kwok se retira a Malaca para formar una familia, Yung construye su poder y Chai pierde gradualmente su círculo, uno a la vez, por sobornos y asesinatos. Todo lo que Chai quiere es vivir en paz con su esposa y su hijo, pero el deseo de venganza de Yung supera a la razón. Chai intenta retirarse a Malaca; Yung lo sigue hasta allí con trágicos resultados. Posteriormente, Chai llama a su antiguo némesis en el departamento de policía de Hong Kong, Supt. Chang, para alertarlo de que intentará un asalto final a la fortaleza de Yung.